Sunday, October 15, 2017

Entre kastila y filipina (1889)

La polémica campaña a favor de la independencia de Cataluña recientemente ha estado en las noticias en todo el mundo. No me preguntes cuál de las dos cosas es mejor — España unida o Cataluña independiente. No soy español. Y realmente no conozco la tema sobre la independencia de Cataluña. Lo único que sí te puedo decir es que la violencia no es la respuesta. Generalmente muchos filipinos simpatizan con los ciudadanos pacíficos que fueron pateados, arrastrados, y golpeados por la Guardia Civil. Al mismo tiempo, es irónico que los filipinos muestran poca indignación por las víctimas de la brutalidad policial en la guerra contra las drogas aquí. Tú sabes de lo que estoy hablando.






El otro lado de la historia: Referéndum y violencia en Cataluña. 





Barcelona, la capital de Cataluña, se asocia por los filipinos al “Movimiento Propaganda”. En los años de 1880, Barcelona debido a su papel fundamental en la comunicación marítima con Filipinas a través del Canal de Suez albergó una colonia filipina numerosa. Los principales propagandistas en España por las reformas en las filipinas vivían allí: Graciano López Jaena, Marcelo H. Del Pilar, Mariano Ponce, Galiciano Apacible y José Rizal entre otros. Sus objetivos políticos eran la la representación parlamentaria en Cortes, la implementación de reformas profundas y la atenuación del poder de las órdenes religiosas. El gobierno colonial les llamaba “filibusteros” — esta palabra desusada esta muy viva en Filipinas con significados que giran en torno al concepto de “ rebelde” o “subversivo”.


Graciano López Jaena fundador y redactor del periódico La Solidaridad, publicación reformista de los filipinos en España, fue un encendido orador y ganó el apodote “Crisóstomo filipino” por sus discursos. Exiliado en España, indigente y solitario, murió de tuberculosis en Barcelona en 1896. Él ha yacido en una tumba sin identificar durante más de 100 años. Su estatua de bronce honra su memoria en la Plaza Mayor de Jaro, su ciudad natal.  


Su cuento “Entre kastila y filipina” es una subyacente alegoría del difícil maridaje entre España y su remota colonia, Filipinas.



______________________________________________________


    Conozco en Visayas a cierto matrimonio, kastila él y filipina ella. Conste que no aludo a nadie. Pepay se llama ella, y Ricardo él. Castellano viejo él, mestiza ella, es decir, hija habida en ayuntamiento con varón kastila y mujer india, ésta tantas veces abochornada cuantas satirizada por las plumas de los Quiaquiap y otros escritores por el mismo patrón.
   
    Pepay es, por más señas, hija de fraile. Esta casta de contrabando superabunda en Filipinas. Y suelen ser siempre favorecidas por la naturaleza: resultan bellas. Piel de alabastro, la del padre; ojos soñadores que fascinan cual los de la madre; gracioso andar que cimbrea, cual junco de las Indias por el viento mecido, “caballera que cae en rizos/ y es manto real”, según un cantar muy vulgar en aquellas islas. Genio altanero y presuntuoso, herencia del padre; hablar meloso, dulce y pacato, herencia de la madre. Tiene pues, Pepay, todos esos encantos que embelesan y enamoran. Por eso Ricardo se enamoró perdidamente de ella, sin mirar su origen, sin preguntar ni de dónde desciende ni quiénes eran sus padres.

    Ella aportaba al matrimonio una pingüe fortuna. El buen fraile se cuidó de dotarla mucho. Se casaron; el mismo padre de Pepay bendijo la unión, el sacramento de ambos. Pepay y Ricardo eran presentados en el pueblo como matrimonio modelo: su hogar era la mansión, el santuario de la dicha y la paz.       
     
    Mientras vivían en Filipinas, morando suntuosa casa de tabla y zinc, espaciosa como un palcacio, se deslizaban felices en aquel ameno pueblo ribereño sus existencias fundidas en una, entre funcias y bailujan. La casa se Ricardo y Pepay era el punto de reunión de dalagas y bagontaos.

    Así las cosas, he aquí que un día, cuando ni por sueños se imaginaba, vino el correo de España y con el correo la notica de la última crisis ministerial, con el correspondiente movimiento de personal y el cese de Ricardo en sus funciones de interventor en la administración de la provincia.

   Al pronto, la noticia no produjo impresión ninguna en los ánimos de ambos esposos; ellos eran ricos y no tenían por qué temer arrostra la miseria. Mas poco a poco, la idea de la vuelta a España tomó cuerpo en la pensamiento de Ricardo. Consultó a su tierna esposa, y ella sin premeditar los futuros acontecimientos que amargarían su vida, consintió gustosa en acompañarle, anhelosa de ver España y contemplar las maravillas que encierra Europa.

    Vendieron cuanto tenían, porque decidieron no torna más al archipiélago. La venta de todo produjo la suma de cuarenta y cinco mil pesos. Para quedarse en Filipinas y manejada en ellas, era una enorme suma con cuya renta podría pasar holgadamenta una familia acomodada, pero para España era una bicoca. Ambos, a la vista del capital, soñaron y echaron cuentas galanas; Ricardo se prometió quintuplicar en Bolsa aquella suma.

   Así pues, la cesantía de su marido trajo a Pepay a España.

   Ya en España y Madrid, vio la renombrada Puerta del Sol, la célebre calle de Alcalá, la Carrera de San Jerónimo, todo la cual causó imptrdión fría en el ánimo de Pepay. Había imaginado en su fantasía, en semejantes plaza y calles, ver bellezas nunca vistas por influencia de las noticias que, viviendo en Filipinas, a sus oídos llegaban ponderando Madrid sobre todas las capitales de Europa. A su ilusión vino el desencanto, la realidad desnuda, sin los atavíos de la exageración.

     Los primeros días se pasaron sin sentirlo Pepay y Ricardo, viendo todo lo o bello y lo bueno que encierra la Corte; recorriendo museos; contemplando el Escorial, octava maravilla del mundo; yendo a pasear por los alrededores de Madrid como Aranjuez y otros sitios reales, y de noche de teatro en teatro, cayendo a última hora a cenar en Fornos o refrescarse en Viena.

    Como era verano, siguieron la moda de los chic de la corte; marcharon a San Sebastián y a Biarritz, pasando después por Paris, Bruselas y Ginebra. Pasada la canícula es cuando echaron de ver que, de los cuarenta y cinco mil pesos mondos y lirondos que trajeron, volaverunt quince mil entre boato y francachelas. Se procuró colocar la suma restante en el Banco de España. Se convinieron en vivir un modesto piso principal de la calle Torrecilla de Leal.

     Nuevo desencanto. La tristeza se apoderó del alma de Pepay al ver aquellas reducidas habitaciones de su nueva morada, ella que estaba acostumbrada a su espaciosa casa de Filipinas. Meses después, cuando el invierno entraba en su plentitud, el carácter de Pepay, de suyo jovial y expansivo, volvióse taciturno, melancólico. Echaba de menos las comodidades y las fiestas que en suplís gozaba. Pero eso no era todo; centuplicaba sus angustias y melancolía la súbita transformación que acababa de operarse en Ricardo. Notó en él un desvío que llegaba al alma. Ya faltaron aquellos mimos, aquel espiritual cariño, aquellos amores cuidados, las delicadas muestras de afecto que antes tanto le prodigara. Advirtió que su esposo era otro y las sospechas y los celos torturaron su alma. Ricardo no aparecía en casa hasta deshoras de la noche. Y en habiendo almorzado, de día se eclipsaba so pretexto de negocios y ocupaciones de alta banca para mejorar la fortuna de ambos.

    Y es que Ricardo, recordando sus antiguas costumbres, sus pasadas calaveradas cuando era escribiente temporero en un departamento del Estado, volvióse a aquella vida agitada que hacía, frecuentando tabernas y garitos. Reuniose con sus antiguos camaradas. La cabra tira siempre al monte.


Graciano López Jaena
1889 

3 comments:

  1. Hola Neptuno, soy Luis Enrique Rubio. Acabo de ver el video de Cataluña. El asunto es complejo, y difícil de abordar en pocas palabras. Pero el extracto de imágenes que muestra ese video, no hacer honor a la verdad de lo que sucedió ese día ni del problema de fondo. Tampoco creo que el objetivo de este blog sea polemizar en asuntos políticos. Además, hablar de la vinculación de los filipinos con Barcelona y mostrar a la vez el video, es inducir a una asociación de ideas absolutamente errada. Si nos ponemos a hablar, también podríamos hablar de los abusos de los catalano-parlantes contra los castellano-parlantes en Cataluña, y la polémica estaría servida. Por esto, te ruego retires el video y los comentarios negativos sobre la actuación de las fuerzas de seguridad. Muchas gracias y un abrazo

    ReplyDelete
  2. Curiosamente me sorprende cómo los filipinos "idolatran" bastante a Duterte, cuando, como bien dices, él avala la brutalidad policial y la impunidad.

    ReplyDelete
  3. Soy catalán y para nada estoy de acuerdo con la actuación del gobierno catalán durante los dos últimos años: se han saltado la ley, han ignorado a los votantes no independentistas, han dividido a la sociedad catalana (hay gente que incluso ha dejado de hablarse), han hecho un daño enorme a la economía (más de 2000 empresas han cambiado su sede fuera de Cataluña),Barcelona ha perdido la oportunidad de acoger la Agencia Europea del Medicamento, y podría continuar y continuar. También es cierto que el Gobierno de Rajoy tampoco ha obrado todo lo bien que debiera; para empezar, las cargas policiales el 1 de octubre fueron un error y les sirvió en bandeja a los líderes independentistas la posibilidad de presentarse como víctimas ante la opinión pública internacional (sobre este punto, también habría que hablar del cinismo del que han hecho gala muchos independentistas al pintar a la Guardia Civil o la Policía Nacional como unos violentos, cuando la policía autonómica catalana lleva años realizando cargas contra manifestantes, además de haber sido acusada de torturar y asesinar a gente). En fin, creo que es un tema muy complicado para ser tratado tan a la ligera, sinceramente. Volviendo al tema que nos ocupa, he publicado en mi blog dos entradas sobre algunos de los lazos históricos que Barcelona comparte con Filipinas. Si queréis echarles un vistazo, os paso los enlaces:

    - La Barcelona filipina (1ª parte) http://www.divagacionesbabelicas.eu/2016/03/la-barcelona-filipina-1-parte.html

    - La Barcelona filipina (2ª parte) http://www.divagacionesbabelicas.eu/2017/11/la-barcelona-filipina-2-parte.html

    Un saludo

    ReplyDelete