Monday, June 27, 2016

Los Vascos en Filipinas

¡Zuzuarregui!:  Así le decíamos.  La calle estaba ubicada en la ciudad de Quezon. Es una calle estrecha, mugrienta, repletas de casas viejas y gente pobre.  Pero para evitar el tráfico monstruo, me gustaba pasar por ahí en el camino a la casa de mis padres en Ayala  Heights. "¿Su-su-wa-ray-gi?El chofer pronunció incómodo el nombre raro como si las sílabas estuvieran hecha de vidrios rotos y lastimaran sus labios.  Nos reímos y reímos como los tontos éramos.

Poco sabían mis amigos que el nombre Zuzuarregui era vasco. El apellido Ayala era también vasco. En la escuela, nunca nos dijeron ni una sola palabra acerca del idioma vasco. Ni siquiera una sola lección acerca del país vasco, quizá bajo la premisa equivocada de que todos los españoles son “kastilas”.

Años mas tarde me encontré una señora, descendiente de una familia española filipina, pero hoy es residente en California. Su familia vivía aquí, pero después de la guerra mundial su padre decidió emigrar a los Estados Unidos. La señora era mujer muy orgullosa, que sabía mucho de historia y cuáles eran “las familias buenas”. Pero de lo que más se enorgullecía era de sus raíces vascas.   El mes pasado,  ella me regaló un libro muy interesante “Basques in the Philippines” de Marciano R. de Borja.


Le estoy muy agradecido a la Señora por el maravilloso libro
"Basques in the Philippines" que me mandó.


La presencia vasca en las Filipinas era una constante desde las primeras expediciones conquistadoras a las islas. En 1519 Juan Sebastían Elcano de Getaria, Gipuzcoa se unió a la tripulación de la expedición de Fernando de Magallanes. Ellos fueron los primeros europeos que llegaron a las Filipinas en 1521. Los sobrevivientes de la expedición, incluyendo cuatro vascos (Elcano, Juan de Acurio, Juan de Arraita y Juan de Zubileta) hicieron la primera vuelta al mundo.



Monumento a Legazpi
y a Urdaneta en Manila

Miguel López de Legazpi, conquistador de las islas filipinas y fundador de Manila, nació en 1503 en el pueblo de Zumárraga. En 1569 Felipe II nombró a Legazpi el primer gobernador y capitán general. 

El guipuzcoano padre Andrés de Urdaneta (1498 -1568) participó en la expedición de Legazpi como asesor, y en 1565 ordenó la construcción de la Basilica del Santo Niño en Cebu. Descubrió la  ruta de regreso de Manila a Acapulco a través del océano Pacífico, conocida como el tornaviaje. La Ruta de Urdaneta ofrecía una conexión económica y cultural con la Nueva España y iniciando la  gloria del Galeón de Manila.

Varios gobernadores posteriores eran vascos como Guido de Lavezaris (1499-1581), Luis Lardizábal y Montoya (1783-1841), Simon de Anda (1709 -1776), José Basco y Vargas (1733-1785), Narcíso Clavería (1795 -1851), Antonio de Urbiztondo (1794 -1866).

— En 1574 las tropas de Lavezaris derrotaron a los chinos bajo mando del pirata chino Limahon, que intentó invadir Manila. Desafortunadamente,  el comandante vasco Martin de Goiti, quien derroto a los moros del Rajah Sulaiman en Manila, fue asesinado por los piratas.


Monumento a Simón de Anda
 en Manila
— Anda organizó la resistencia contra las tropas invasoras británicas durante la ocupación de Manila (1762 – 1764).

— Basco, nacido en Malaga de padres vascos, organizó en 1781 la Sociedad Económica de  los Amigos del País para el fomento de las actividades en  la colonia, siguiendo el modelo de la asociación vasca Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Fue el responsable de la puesta en marcha del monopolio del tabaco. En 1782, conquistó el archipiélago de las Islas Batanes. Hasta hoy en día,  la capital  de la provincia de Batanes lleva su nombre en su honor.

— En 1839 Lardizábal estableció la provincia de Nueva Vizcaya , nombre que le puso en recuerdo de su tierra.

— Clavería, nació en Girona pero creció en Bizkaia, publico un decreto en 1849 que la  población filipino adoptas apellidos españoles. Conquistó parte de la costa occidental de Mindanao y  anexó el extenso territorio de Davao conquistado por el otro vasco José Oyanguren. Después de ser oficialmente asimilado como provincia pasó a denominarse Nueva Guipúzcoa (luego el nombre fue cambiado a Davao).

— Urbiztondo era conocido por la conquista e incorporación definitiva a la soberanía española del archipiélago de Joló. En 1851 fundo el primer banco en el archipiélago “Banco Español Filipino de Isabel II”, ahora conocido como “Bank of the Philippine Islands”.




El primer obispo de Manila, Domingo de Salazar (1512-1594) era un vasco.


Domingo de Salazar

Marcelo Azcárraga Palmero (1932-1915) fue el único presidente español que nació en Manila. Su madre era una mestiza filipina de Albay y su padre era natural de Bizkaia (Vizcaya).


Marcelo Azcárraga


El heroe nacional José Rizal rindió homenaje a la presencia ubicua de los vascos en las islas en sus libros “Noli Me Tangere” y “El Filibusterismo.” El protagonista de los libros, Crisóstomo Ibarra (Simoun) es la cuarta generación de vascofilipino. Como se ha dicho al final del Capítulo 54, su bisabuelo era un vasco.

            — ¿Conoció vuestra familia a D. Pedro Eibarramendía?
            — ¡Ya lo creo! –contestó Ibarra abriendo un cajón y sacando un montón de papel - ¡Era mi bisabuelo!
            — ¿Vuestro bisabuelo, D. Pedro Eibarramendía? – vuelve a preguntar Elías, lívido y las facciones alteradas.
            — Sí – contesta Ibarra distraído, acortamos el apellido que era largo.
            — ¿Era vascongado? – repitió Elías acercándosele.
            — Vascongado, pero ¿qué tenéis? – pregunta sorprendido.



Desde el siglo XVIII, la emigración vasca ha contribuido enormemente al crecimiento económico en la lejana colonia española de Filipinas. Familias vascas como los Ynchausti, Aboitiz, Ayala, Elizalde, se instalaron en el país, fundando las principales compañias filipinas. Siguen siendo las familias más ricas de Filipinas hoy en día.


Puente Colgante

Antes de la segunda guerra mundial, la familia Ynchausti era la familia vasca más importante del país. El comercio y la navegación han sido sus principales industrias y la campañía tenía ramas  en Hong Kong, Shanghai, San Francisco y New York. En 1848 José Joaquín Ynchausti financió la construcción del primer puente colgante de acero en Asia.  El puente  de peaje sobre el río Pasig conectó Ermita con Quiapo.  Las empresas La Carlota Sugar Central, YCO paint factory, y Destilería Tanduay fueron establecidas por Ynchausti y Compañía.



Antonio M. de Ynchausti


El patriarca de la familia Aboitiz, fue un marinero vasco y llegó a Filipinas en 1870.
Paulino Aboitiz junto con otro vasco, José Martegui,  constituyeron la empresa “Muertegui y Aboitiz Compañía” en Cebu.  Hoy, la Compañía “Aboitiz and Company” está involucrada principalmente en el la industria del transporte maritimo y la industria eléctrica.



Jon Ramon, Enrique, 
y Erramon Aboitiz



Joaquín Marcelino Elizalde e Irrisarri  nacio en 1833 en Elizondo y emigró a Filipinas cuando tenía trece años. En 1940, su nieto Manolo fundó el primer estación de radio, KZRH (luego llamado DZRH), de lo que después fue el núcleo de la Manila Broadcasting Company. En 1971 Jose Manuel Elizalde Jr, un ministro del Presidente Marcos, localizó en las isla de Mindanao una tribu prehistórica: los Tasadays.



Fred Elizalde con su esposa Lisa Macuja y sus hijos. 



¿Quién no conoce la familia Ayala? El apellido se asocia muy ampliamente a la imagen de una familia muy rica. Antonio Ayala, el patriarca de la familia, nació en 1804 en Hueto Abajo. Fue llevado por su tío Monsignor José Segui a Manila. La familia ha desarrollado sus propriedades en el pantanal de Makati en un distrito financiero central.  La Corporación Ayala es el conglomerado más antiguo y más grande del país y centra sus actividades en diversos campos como el inmobiliario, la banca, las telecomunicaciones, el suministro de agua y la tecnología de la información.



Jaime Augusto y Fernando Zobel de Ayala


Otras familias vascas famosas en Filipinas son Aldecoas, Garchitorenas, Isasis, Mondragons, Ormaecheas, Urrutias, Zuluagas, y Zubiris.


Para muchos vascos su lengua es parte de su alma, sin embargo muchas de estas familias vascas en Filipinas no mantuvieron sus señas de identidad.

En 1892, Quiopquiap1 escribió versos en castellano preguntando “¿Hay Bascongados en Filipinas?” 


¿Cómo no vivir y prosperar en Filipinas, el pueblo que más que los demás de la nación, tan maravillosamente se presta á la adaptación en las tierras nuevas del planeta?

¡Bascongados en Filipinas! En todos los órdenes, todas las categorias, todos las actividades y por todos los rincones de aquella constelación de islas.

                                                   — o —O —o —

1. Quioquiap era el seudónimo del periodista español Pablo Feced (1834 -1900). Vivió en la provincia de Camarines Sur desde 1884 hasta 1888.  Fue un adversario a José Rizal y la colonia filipina en Madrid. 

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¿HAY BASCONGADOS EN FILIPINAS?

¿Pues no ha de haberlos? contestaba yo con viveza el otro dia á un hijo de esa tierra que me hacia tal pregunta.
¿Cómo no extenderse hasta aquellas regiones espléndidas, la raza que más quizás que otra alguna representa el movimiento de expansión de nuestra patria?
¿Cómo no vivir y prosperar en Filipinas, el pueblo que más que los demás de la nación, tan maravillosamente se presta á la adaptación en las tierras nuevas del planeta?
¿Ni cómo los hijos de la Euskaria no seguir en su dispersión por el globo entero la luminosa estrella de las naves del inmortal Elcano? ¿Cómo no tomar posesión los hermanos de Legazpi de aquel imperio maravilloso creado para España por el genio del guipuzcoano sin igual?
¡Bascongados en Filipinas! En todos los órdenes, todas las categorias, todos las actividades y por todos los rincones de aquella constelación de islas.
El mar, sobre todo, aquel mar gigantesco dormido habitualmente entre aquellas costas encantadas habla casi bascuence.
No pregunteis al distinguir desde cualquier camino en la isla más remota una nave que avanza por la azulada llanura cómo se llama su armador, cómo el capitán que la gobierna, cómo los pilotos y demás oficiales.
Un bascongado solo tiene allí para la navegación interinsular toda una escuadra de magníficos vapores y todo un ejército de compatriotas al servicio de sus naves.
¿Y la tierra? ¿Aquellas mil y trescientas islas sembradas en tres-
cientos mil kilómetros de mar?
Recuerdo un dia en que iba yo perdido por el Sur de Luzón, caballero en ruin caballejo del país, sin mas compañía que un cuadrille- ro indio y por camino laberinto oscuro de interminable selva.
Ya el cansancio postraba mi cuerpo y el pánico de aquellas augus- tas soledades mi alma, cuando de repente al trasponer una colina un claro, á un lado una casita de troncos, hojas de palma y en una ven- tana baja..... una boina al sol.
¡Boina bendita signo de mi redención y término de mis fatigas, angustias y tribulaciones! ¡Con qué júbilo te saludé y con qué decisión eché el caballejo al trote!
¡Arratsaldeon! grité á la puerta.
¡Arratsaldeon! contestaron de dentro, y dos jóvenes de rostro ovalado, cabello castaño y boina en la cabeza salieron á mi encuentro.
Otro dia viajaba en canoa antidiluviana por uno de aquellos mil rios que las altas, enmarañadas y oscurísimas selvas sueltan de su seno tenebroso para deslizarse hasta el mar por canales profundos, cubiertos de bambúes gigantescos remedando túneles de verdura.
Y tras de largas horas de canoa lenta é indios bogadores, en un recodo y otro claro una casita de tablas con tejado de zinc.—«Señor, me dice entonces el indio piloto; casa de castilla Azcone». No necesité más, tosí, me puse de pié y solté un Gernikako arbola que retumbó en aquellas soledades.
Y otra vez el milagro de mi salvación. Cuatro bascongados y una bascongada salieron precipitadamente, diciéndome en bascuence Dios sabe cuántas cosas, que yo no entendia, porque nunca fui aventajado en la lengua ininteligible é inaprendible; pero si no entendia aquel coro de salutación, comprendía que era cariño, afecto, hospitalidad y.... hasta sagardúa poco después, en grande y espumante copa.
¡Qué rica es la sagardúa después de un dia de canoa, bajo los ra- yos de fuego de aquel sol horno de los trópicos!
Otro día pasaba en rural carricoche por medio de granada pobla- ción de chozas, casi, según la estadística, un San Sebastian oceánico, cuando de dentro de un almacén de abacá, de recios muros de piedra, escuché grande algazara y tal ó cual grito que á bascuence me sonaba.
Me apeé, entré y me encontré con una cuadrilla de pelotaris, dis- putándose empeñado partido, entre aquellos Chiquitos, Mancos y Tandileros.
Y fui incontinenti nombrado juez, y el premio de mis justicias fué una rica y abundante cazuela de bacalao á la bizcaina comido en co- mún con gran algazara y cordialidad.
¡Cariñoso y hospitalario Aramburu, cuántas horas placenteras pasé en aquel palacio de tablas y techumbre de hierro galvanizado, con aquel escuadrón bullicioso de docena y media de hijos!
¡Pobre Olaizola! Cuántas veces en nuestras largas conversaciones paseamos juntos en pensamiento por las calles y paseos de tu tan querida Iruchulo, hasta dias antes de tu sacrificio y muerte horrible á manos de los salvajes de Mindoro.
Yo no os diré que vayais á Filipinas, hijos del noble solar; pero si alguno os decidís á tan tremendo viaje, llevaos la boina y la cesta, el bascuence y la sagardúa.

Pablo Feced
QUIOQUIAP
Madrid
11 de Julio de 1892