Monday, December 21, 2015

¡Felices Pascuas! (2015)

En las Filipinas de antaño "¡Felices Pascuas!" es una forma tradicional de felicitar la Navidad. De hecho, la palabra tagala “pasko” que significa navidad, proviene de la palabra “pascua”.

Éste es un ejemplo de un mensaje de Navidad/Pascua desde la portada de la Revista Philippine Review (diciembre de 1920):

Felices pascuas y Prospero Año Nuevo a todas las que viven en Filipinas y al País entero, y que a todos nos aproveche la idea de que, después de todo, somos todos criaturas del mismo Dios, a Quien debemos pedir que la Nueva Administración sea portadora de mayores bendiciones y contentos para todos nosotros.



Se suele decir  en plural “Pascuas”, porque en las Filipinas el periodo navideño comienza el inicio de la Misa De Gallo (16 de diciembre) y se extiende hasta la fiesta de los Reyes Magos (6 de enero).

Este saludo de Navidad es mucho menos común que “Feliz Navidad”, que es lo que dice casi todo el mundo. En todos los países de América, la Pascua es el recordatorio de la resurrección de Cristo.

Mucha gente olvida que hay dos pascuas: la Pascua Florida de la resurrección y la Pascua de Navidad.

Nuestras tradiciones nunca deben morir.


Aquí está el enlace de mi entrada anterior sobre el día de la Pascua en Filipinas ¡Buenas Pascuas! (1891 - José Rizal)

¡Que tengan todos unas muy felices pascuas de navidad!


Monday, November 30, 2015

Los Macabebes en Barcelona (1900)

Medalla De Los Voluntarios Indígenas de Filipinas
Foto cortesía de Luis Enrique Rubio.

Hace pocos días un lector de Madrid, el Sr. Luis Enrique Rubio, me envió unas fotos de la condecoración denominada Medalla De Los Voluntarios Indígenas de Filipinas y una breve descripción:


Esta condecoración fue establecida por el Capitán General de Filipinas, mediante Real Orden de 28 de enero de 1898. Es ovalada, de plata. En el anverso figuran los dos hemisferios, las columnas de Hércules y la corona real con la leyenda  “España a sus leales hijos los Voluntarios Filipinos”. En el reverso  dice “1897. Voluntarios movilizados por Decreto de 16 de octubre”. La cinta lleva los colores nacionales.

Hay pocos ejemplares de esta medalla, es una pieza muy apreciada por los coleccionistas. Se puede ver una en el Museo del Ejército  en Toledo, y también tienen otra en el Museo Naval en Madrid. — escribió el Sr. Rubio y agregó: ¡¡¡ Que mejor homenaje para los Macabebes que poder dar a conocer esta gloriosa parte de su historia !!!!

Muchas gracias Sr. Rubio por compartir con nosotros su colección personal.

Foto cortesía de Luis Enriquez Rubio.

Fue increíble que los Voluntarios Macabebes vinieron a España en 1900 como héroes. El pueblo español les dio la más cordial bienvenida y varias figuras notables rindieron homenaje al leal batallón filipino. Incluso existe una calle madrileña que lleva su nombre.


¿Y entonces qué pasó?


Así que, como siempre es el caso, un desvío resulta ser su destino.  Sucedió que los macabebes  regresaban a su patria al momento en que las filipinas intentaban erigirse como una nación unida, luchando contra los norteamericanos. Los macabebes tenían concepto de estado pampango, pero no de la nación filipina, como los moros en el sur. Optaron apoyar a una fuerza invasora norteamericana contra los insurrectos tagalos, sus enemigos viejos.

Eran tiempos de un nacionalismo intenso, y después de la detención del Presidente Aguinaldo por los macabebes en 1901, los historiadores filipinos exclamaron, “No sería patriota verdadero si no defendiera a su patria. Estos macabebes no saben del honor.“

Era una triste historia de traición y contada con tal lujo de palabras vengativas en todas las escuelas filipinas, que los otros que conocían el contexto de su colaboración con los españoles y norteamericanos, sabían que era mejor quedarse callados. Los héroes de España eran los malos de su país natal.

¿Traidores? — dijo un historiador de Pampanga riendo —“How could they be traitors to Aguinaldo if ever since they never pledged loyalty to him?" A pesar de todo el tiempo que ha pasado, los macabebes (y los pampangos en general) todavía están sufriendo de este estereotipo.1



El siguiente es el artículo del diario Mar y Tierra sobre la llegada a Barcelona de los Voluntarios Macabebes en el 16 de Junio de 1900.

Aquí está el enlace de mi entrada anterior sobre los Voluntarios Macabebes

1. Philippine Daily Inquirer June 10, 2014. The fight to remove “dugong aso” tag.


Los macabebes a bordo del vapor Alicante que los condujo a España.

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          Desde hacía mucho se esperaba la llegada a este puerto del valeroso batallón formado por los bizarros naturales de Macabebe, uno de los pueblos más importantes de la Pampanga y el único que hasta el final de la desastrosa campaña, ha permanecido fiel a la madre patria. Al llegar a aguas de Barcelona este puñado de filipinos que en aras de España abandonan sus casas, sus familias, sus fortunas, creemos que cuanto se haga por honrarlos será poco y por eso hoy Mar y Tierra, dentro de su modestia siente un vivo placer en dirigir un saludo de bienvenida a ese puñado de jóvenes que al mando del coronel Blanco, no titubeó jamás en contestar con el nombre de España al ¿quién vive? de las fuerzas insurrectas, de sus hermanos de raza, de sangre y de vivienda.

         La cosa después de todo, no tenía nada de particular, estando aquellos mandados por su ídolo el coronel Blanco, filipino español hasta la médula, arrogante, generoso y modesto hasta la exageración. En Cavite, en Batangas, en Bulacan, en la Pampanga, en Zambales y en Bataán, los voluntarios de Macabebe se distinguieron constantemente cubriéndose de gloria. Imposible enumerar siquiera los servicios prestados por Blanco y los suyos y las acciones en que tomaron parte. Un detalle solo bastará para pintar el carácter y temple de alma de esta bizarra gente.

         Al salir los españoles de Macabebe, los voluntarios quedaron defendiendo el pueblo; como ya no tenían cartuchos, enterraron los fusiles, y con bolos y lanzas contuvieron aún durante cuatro días a las numerosas fuerzas insurrectas que les sitiaban, armados de fusiles modernos, rifles y con ocho cañones, entrado al fin éstos en el pueblo con la condición de respetar vidas y haciendas de los que quedaban. El número de bajas de los insurrectos fue enorme, y cuatro veces mayor que las que sufrieron los leales voluntarios.

         Otros muchos casos podríamos citar del heroísmo y amor a España, que Blanco supo inculcar en sus voluntarios. En una ocasión en que el comandante general del Centro de Luzón necesitaba para una operación cien hombres dispuestos a morir, los pidió a Blanco, y en el acto se les presentó éste, diciendo todos que iban voluntarios a la muerte por España.

         El pueblo de Macabebe puede asegurarse que ha sido victima de su fidelidad, escribiendo en el libro de la historia una página que todo buen español debe grabar tanto en su corazón como en su memoria.

Mar y Tierra
Barcelona
16 de Junio de 1900

Monumento de los Voluntarios Macabebes (Macabebe Scouts) en su ciudad natal.





Monday, October 12, 2015

La Maestra de Mi Pueblo




Heneral Luna” se convirtió en la película local más exitosa de la historia de los cines en  Filipinas. Esta narra la historia trágica del jefe del ejército filipino durante la guerra filipina-norteamericana. La película intenta inculcar el patriotismo y  lleva el inequívoco mensaje que nosotros mismos somos nuestros peores enemigos.

Luna vio bien claro la amenaza que acechaba los cerebros de los políticos filipinos. Él odiaba a los colaboradores norteamericanos con pasión y prefería a verlos a todos ahogados en el mar del Sur de China. Era irascible e impetuoso, orgulloso y patriótico, y se ganó inmediatamente la enemistad de muchas personas.

Sin duda eran filipinos que habían vendido sus almas a Satanás para eliminar toda forma de oposición y perpetuarse en el poder. Luna fue asesinado el 5 de junio de 1899 por los soldados del presidente Aguinaldo.


Antes de ser general, Antonio Luna había sido farmacéutico y escritor.  Colaboraba con el periódico La Solidaridad y fundó el periódico revolucionario La Independencia en 1898.  Su cuento corto La Maestra de Mi Pueblo apareció en Manila en 1927 como publicación del periódico The Independent.


Parece que nunca aprendemos las lecciones del pasado. 
Los intereses nacionales deben prevalecer sobre 
las estrechas ambiciones personales. 

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Más toda la amistad entre el cura y la maestra, no era sino aparente, ficticia. Fray Pedro (y con decir ‘fray’ está dicho que él era el cacique, el rey absoluto del pueblo), no podía tolerar que Jacinta fuera una maestra, cual debieran serlo todas. Solícita el desempeño de su cargo, amante de todo lo que era progreso, propagandista del castellano y de la instrucción, religiosa sin ser fanática, admitiendo en sus ideales todo aquello que contribuyera al adelanto moral y material del país.

—La maestra Jacinta —solía exclamar fray Pedro —es una enemiga de España; enseña la doctrina en español de los libros de Pardo Bazán, de Velarde, de Pérez Galdós y otros seres malignos, abortos del demonio y del infierno. Esas jóvenes no necesitan gramáticas, de geografías, de historias, de retóricas, de aritméticas, de urbanidades, de lenguas vivas, para criar hijos para el cielo. El día de mañana que sean madres de familia, con que sepan rezar les basta y sobra.

—Pero, padre—decía la maestra, —porque el hijo saca más de la madre que del padre, por el cariño entrañable entre ellos, por esa proximidad que se establece siempre, sino educara a estas jóvenes, que mañana serán maestras de la educación de sus niños, sería culpable, tendría un vacío doloroso en la conciencia. Las madres educan a los hijos; éstos formarán mañana el pueblo, y de la instrucción de aquellas, pudiera tan solo brotar un país instruido, civilizado. Vea usted, puse cuanta responsabilidad recae sobre mi, al encargarme de la educación de estas señoritas. Además, procuro darlas los conocimientos puramente necesarios para una mujer que formara mañana parte de la sociedad. ¿Qué se dirá de una señorita que no supiera redactar una carta? ¿Qué de una esposa que ignorase los cálculos más sencillos de la economía domestica? ¿No se reirían  si una joven dijera en sociedad que España es Europa, o que Madrid es puerto de mar? ¿Qué Legaspi hizo la guerra a los ingleses, o que Magallanes pereció traidoramente asesinado? ¿No sería vergonzoso que estas jóvenes, ignorando los principios de la buena educación respondieran a una galantería como esta: “tiene usted, señorita, tan buen corazón como carácter,” con estas frases; descarado, atrevido, hereje? Cuando sean amas de sus casas respectivas tendrán que recibir, y por eso les acostumbro al trato de sociedad. Mañana, puede ser, viajarán por Europa, y el estudio del francés, del inglés o el Alemán será necesario. No soy aficionada porque borden mucho, ni hagan flores, ni labores crochet, seda o felpilla; todos estos trabajos son inútiles, no tienen aplicación, mejor es que sepan cortar camisas, que conozcan el arte culinario, que aprendan, las que tenga disposiciones, la música y a la pintura, porque el cultivo de las artes cultiva el sentimiento y embellece el alma.

—No seas majadera, Jacinta, todas esas cosas son diabluras de este siglo. Que aprenda a rezar y que se dejen de tonterías.  Sabiendo esas cosas no llegara al cielo.

—Pero, padre, sin haber cultivado el espíritu, sin procurar ser útil a sus semejantes viviendo vida de animales, creo que no tendrán abiertas las puertas del paraíso. Yo quiero que mis discípulas sean cristianas fervientes, porque sin el cristianismo no puede existir la moralidad en la familia; pero no se mi deseo hacerla fanáticas, porque del fanatismo a la presión no hay mas un paso.

—Por Dios, Jacinta, no blasfemes. Abandona esas ideas sugeridas por el demonio. Yo te lo mando, Dios te lo exige por mi boca, y si conoces “Si Tandang Basiong Macunat,” escrito por un sabio y un santo, allí está sintetizada la educaión de vuestro pueblo: el indio al la do del carabao y del arado; fuera de ellos se hace enemigo de Dios y de España. No olvides esta máxima de un santo.

Antonio Luna
The Independent, Manila
15 de enero de1927


Personal del periódico La Independencia.


Monday, September 28, 2015

Quinto Aniversario

El mes pasado se cumplió el quinto aniversario de mi blog. Cuando comencé este blog no pensé que llegaría a su primer año ya que el tema no fue muy interesante ni divertido para mucha gente. Empezó como un sitio donde publicar algunas de mis ideas y algunos fragmentos de la literatura hispano-filipina. Deseo aprender más español de mis  abuelos, ya que la gramática básica y «spangaloglish» no me bastan.


Me acuerdo cuando mi lola (abuela)
 intentó enseñarnos español.


Hace aproximadamente diez años, encontré un libro viejo de 1926 escrito por una doctora filipina en castellano. A partir de entonces me empecé a interesar por la literatura hispano-filipina. Durante años busqué otras obras en las librerías locales, pero nunca encontró ninguna. Casi nadie había oído hablar de los autores, y a los que les sonaba, poco sabían. Era como si estuvieran en la otra cara de la Luna, o en Neptuno, el planeta azul en los márgenes del sistema solar, donde nadie podría ir a buscarlos. Lo que implica que ya no existen más.

Si por casualidad, descubres este lugar,  encontrarás fragmentos de los cuentos que ya nadie recuerda, los cuentos que se han perdido en el tiempo, siguen esperando por nuevos lectores.


¡Muchas gracias por visitar mi blog!

Friday, May 15, 2015

Teatro de Binondo (1847)

En la tele había un concurso llamado Asia’s Got Talent. Cuatro equipos de las Filipinas llegaron a la final, queriendo obtener el codiciado trofeo. La selección filipina le ha dado alegrías a sus hinchas. Y todo lo que oí fueron los aplausos cuando la música se detuvo. Todo el mundo estaba encantado.

El grupo filipino favorito es “El Gamma Penumbra”. El público era de ellos desde el momento en  que comenzaban los juegos de sombras. Su número es parte pantomima y parte baile.

El Gamma Penumbra  - Un nombre largo con demasiada letras en español. Dicen que el nombre quiere decir la sombra.  La palabra española «penumbra» significa «semioscuridad», que es la sombra débil entre la luz y la oscuridad.

¿El Penumbra o La Penumbra? En tagalo, como los demás idiomas filipinos, las palabras son invariables en genero. No hay masculino o femenino. Por ejemplo, los filipinos con frecuencia mezclan las palabras inglesas «He» y «She», que puede resultar ofensiva para algunas personas tan susceptibles.

Aquí está el video del grupo. Reemplacé la canción con la versión española – traducida al español, con frases que no siempre parecían a los originales. En mi sueño, seguimos hablando en español en todo momento.



A los filipinos les encanta cantar, bailar, y actuar cada vez que hay una ocasión. Durante el período colonial, se describió el Teatro de Binondo de la siguiente manera:

Se ha organizado una compañía de indios y mestizos, que representan dramas y comedias españolas, no tan bien que cautiven la atención  de los europeos, ni tan mal que eviten a continua risa, de modo que en sentir de muchos era más divertido el antiguo teatro de Arroceros. De todos modos, si  se atiende a la inmensa distancia que separa a un indio de un cómico, a lo mal que aquellos hablan el castellano, y a su natural languidez, en particular en las mujeres, que reúnen además una voz de tiple muy aguda, se convendrá en que hacen más de lo que se podía  esperar de gentes que nada han visto y que no tienen quien los directa . Bailan además bailes nacionales españoles, y se esperan juglares de la India y de China, que sin duda atraerán mucha concurrencia.


José Honrato Lozano 
Álbum Vistas de las Yslas Filipinas
1847



Friday, January 30, 2015

Al Dolor


La matanza de 44 comandos policiales en Mindanao.

No entendíamos por qué todo salió tan mal. —Ha sido un desencuentro, explicó el ministro del Interior, Manuel Roxas.

Misencounter. Misencounter. Misencounter. —Nos lo decían  demasiado a menudo. Empezó a parecernos una excusa para su incompetencia.


Cualesquiera sean sus razones, el presidente no se presentó en la base aérea militar, para recibir y rendir tributo a los héroes caídos.  La decepción se agolpó en torno a las familias de las víctimas como nubes de tormenta. Desengaño total, puro y amargo.



Un día de luto nacional para recordar y rendir homenaje a nuestros héroes policiales. 






















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AL DOLOR


    ¡Oh dolor, maestro dolor,
no te separes de mí;
no se vive sin amor,
pero tampoco sin ti!
    ¡Cuántas veces peregrino
inexperto, me extravié;
y un guía siempre en ti hallé
para volver al camino!
    Hiéreme, hiéreme el alma,
y no te canses de herir;
quiero alcanzar, al morir,
de la victoria la palma.
    Todo se puede sufrir,
si sufrimos con amor;
hasta el dolor de morir
deja de ser un dolor.



Emeterio Barcelón y Barcelo-Soriano

Friday, January 23, 2015

Bienaventurados Los Humildes (1941)



El Papa Francisco vino con la lluvia y los vientos del tifón Amang , usando un poncho plástico amarillo, similar al que usan cientos de miles de los fieles católicos en Tacloban. Aquí hay demasiada tristeza y no bastante esperanza. A pesar de eso, los sobrevivientes hacen mejor con lo que tienen.

Lo que más recuerdo es su homilía. A veces trato de imaginarme  lo que sentía  él mientras conversaba con todas las víctimas del supertifón Yolanda. ¿Cómo consolar a alguien que está en el dolor?  Una persona que se sintió como si le hubieran arrancado el corazón del pecho.

—Tantos de ustedes se han preguntado mirando a Cristo '¿por qué, Señor?' — exclamó el Papa, — y yo respeto tus sentimientos.

—Tantos de ustedes han perdido todo. Yo no sé qué decirles. El Señor sabe qué decirles. Tantos de ustedes han perdido parte de la familia. Solamente guardo silencio. Los acompaño con mi corazón en silencio.

Fue un mensaje de solidaridad, llena de emociones. La gente lloraba. Todo esto les invadía como un baguio fuerte con un tsunami inesperado.

Nos aseguró que no estamos solos y el Señor no defrauda. Yo le creo. Esta es la primera vez  durante una misa que lloré así.

Bienaventurados los pobres y humildes de corazón.

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El título lo dice todo. Este cuento de Jesus Balmori se trata de dos árboles en la selva — el verde pino altivo y el negro kamagón humilde.



Mi video del Papa Francisco en Tacloban, Filipinas
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     Toda la selva ardía con un calor de fragua, de infierno, a pesar de haberse ocultado el sol y yacer el boscaje envuelto en densísimas sombras y tinieblas.

    De vez en vez, el fulgor de un relámpago sacudía las nubes como un latigazo. Y después de un instante tableteaba el trueno lejano y ronco…

    Habían huído a refugiarse en no importaba dónde las bellas aves de la primavera. Las grandes flores rojas, amarillas, blancas se tronchaban marchitas sobre sus tallos inclinados. Un raudo viento cortante y cálido como el vaho de un cráter lo alfombraba todo de pétalos y hojas destrozadas.

    El verde pino, trémulo y temeroso, hablo:
    —Abuelo kamagón, ¿no sentís miedo?
    El kamagón sonreía: ¿Miedo a qué, de qué?
    —A la tempestad que llega…
    El kamagon seguía sonriendo:
   —¡Bah!... Amigo mío; no todo ha de ser encanto y luz y flores y besos… En la vida más feliz hay muchos días de tempestad como éste; yo he visto muchísimos, tantos que hoy ya lo mismo se me da que alumbre el bosque el fuego de los rayos como la dulce y blanca luz de la luna llena… Además, que la tempestad pasa, como pasa todo, la juventud, el amor, la misma gloria…
    —Sí, pero la tormenta vuelve…
    —Y ¿quién os dice que no vuelven la juventud, la gloria y el amor?
    El aire iba entenebreciéndose más; los relámpagos eran cada vez más vivos y continuos; el trueno retumbaba cerca; y algunas gotas de lluvia grades y pesadas caían indistintamente, alzando un rumor de latigazos.
    En la selva alborotada se oía el silbar de los reptiles, el grito de los kalaws, las quejas del los árboles heridos. Un fuerte ventarrón se alzaba arrollándolo todo ante su paso, tirando nidos y desgarrando ramas… De pronto una roja llamarada incendió y seguido de un estrépito infernal que conmovío la tierra en sus entrañas, cayó el primer rayo enrocándose como una culebra de restallantes brasas al hermoso y altivo ilang-ilang que se dobló pesadamente hecho pedazos.
    Pasado el estruendo desolador, el kamagón  miró al pino con lástima. Se había despojado de toda su altivez, de todo su necio orgullo y aparecía acuciado y tembloroso, víctima del pavor que le corroía hasta la savia de las más hondas raíces. Cubierto por sus gentiles ramas que azotaba despiadada la lluvia, parecía llorar todas las gotas de agua que le volaban por las hojas; el kamagón compadecido, le habló entonces, por sobre la voz tremulante de los desatados elementos.
    —No tembléis, no lloréis, esto pasará…
    —¡Oh, abuelo, tengo miedo de morir!
   —Ni moriréis. Sois joven todavía; pero si está escrito que dejéis de existir hoy, eso, ¿qué más os da?... Tarde o temprano tendrá que ser; todos vamos por el mismo camino; es cuestión solamente de unos años más o menos…
    El retumbo de otro tueno ahogó su voz; otra llamarada infernal los cegó; y ambos escucharon cómo a sus mismas espaldas de derrumbaba secamente otro pobre ilang-ilang herido por el rayo…
   El pino más espantado todavía se alzó en un grito de protesta desesperada.
   No, no él no quería, no podía, no debía morir, y morir así, partido por un rayo. Era joven aún y apenas había gozado de las dulzuras divinas del abril. ¿A qué arrancarle por la negara hedionda parca de sus noches de plata olorosas a flores y luna, de sus días de oro poblados de las alas y de rosadas auroras?...
    Calló de pronto, estremecido, agitado por un horrible estertor, doblando la copa ideal que un rayo ahora veteaba con su azul y roja y verde y amarilla fosforescencia, como un largo collar de turquesas y rubís y esmeraldas y zafiros colgante por su muerto tronco; el pobre pino era un sueño más que caía, un inmenso sueño de grandeza perdido en la grandeza universal!...

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    Pasado un año, en otra luminosa mañana de abril, algunos leñadores invadieron la selva.
    Y entre los troncos y las ramas frescas de los árboles que derribaron a bolazos y a hachazos se llevaron consigo los resecos despojos del verde pino y el negro kamagón.
    Y sucedió que mientras la gente del pueblo necesitaba leña, el cura del pueblo necesitaba una gran cruz para su culto. Y así fue que se quedara con el tronco del viejo kamagón para ponerlo en manos de un hábil escultor.
    Y en una misma noche, mientras deshecho en mil rajas se hacía  ceniza el pino en los rústicos caseros galanes de la comarca, el kamagón convertido en cruz divina y dorada se alzaba sobre el trino santo y humilde de los rezos.
    Allá estaba humilde, negro, amoroso, sirviendo de sostén a un Dios que sobre él agonizaba y moría de amor…
   En tanto el cura sobre el púlpito comenzaba a hablar y sus palabras se iban abriendo sobre el alma sencilla de la multitud  como estrellas, como nardos.
    —“Bienaventurados los humildes”…

Jesús Balmori
Manila (Mayo de 1941)

English Translation

Kamagong (Tagalo), Camagón (Español), Velvet Apple (Inglés)