Friday, November 2, 2012

La Sultana de Joló (1876)


Cuando visito a mi primo, el Sultan de Brunei, me avergüenzo de ser tan pobre. Eso es lo que le dijo el Sultan de Sulu a una periodista de Asia Times en 2002.

Sulu es una de las provincias más pobres de las Filipinas. La guerra en Mindanao ha  creado un tumulto por doquier, y les brinda a todos los moros una razón para decir: — antes de la conquista de nuestro país, éramos adinerados y poderosos.

El Real Sultanato de Sulu fue fundado como un estado teocrático en 1457, y se extendía en su apogeo desde la isla de Palawan en el norte, hasta el Sabah en el sur.


La antigua bandera del Sultanato de Sulu


Durante la época de la colonización española, se produjeron numerosos conflictos armados entre fuerzas del Sultanato y tropas del ejército colonial español. Finalmente, las tropas del general Malcampo tomaron la isla de Joló en 1876, pero el gobierno colonial nunca pudo controlar todo el territorio de influencia musulmana en los tres siglos que colonizó Filipinas. 

En el cuento La Sultana de Joló, José Montero Vidal escribió:

«Quiera dios que la preciosa sangre vertida en las arenas de Joló durante la campaña de 1876 sea la última que allí  se derrame, y para que de la tan costosa expedición del general Malcampo obtenga Filipinas los beneficios que se prometería su autor al realizarla, pues tiempo es ya de que la humanidad prefiera los pacíficos triunfos de la paz á los ruidosos de la guerra, que jamás deben pretenderse sin una necesidad ineludible y suprema, porque llevan consigo el triste privilegio de consumir en un día la riqueza adquirida por un país durante muchos años, con gravísimo perjuicio de sus intereses y de su material progreso, y con pérdida dolorosísima de sus mejores hijos.»


Años después,  el conflicto continúa sin disminuir hasta hoy, pero aún hay esperanzas. En el mes pasado, el gobierno filipino y el Frente Moro para la Liberación Islámica firmaron un preacuerdo de paz que podría poner fin a la guerra.

El siguiente es un fragmento del cuento La Sultana de Joló.


El palacio real del Sultan de Sulu.
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     El Sultan, admirado de la belleza de Lólen, la eligió con preferencia á todas, y la hizo pasar á sus habitaciones.

    Los demas cautivaos fueron vendidos ó destinados á diferentes trabajos.

    El Sultan despidió á su deudo felictándole por la buena presa que había hecho. Después se dirigió á Lólen, y en dialecto visaya, le dijo:

    — Tranquilísate, hermosa doncella; calma el pesar que te domina y que descubres con el llanto de tus ojos, pues ojos tan bellos, mejor lucen encendidos por el amor que humedecidos por el llanto. En tu tierra carencias de poder, aquí serás sultana.
    — Señor, le contestó Lólen; prefiero ser la más humilde en mi patria á ser aquí  la reina. Os ruego que me permitáis volver al lugar de donde tan villanamente me han arrebatado, pues en estos momentos mis desdichados padres estarán muriendo de dolor por mi infortunio.
     — ¡Que consienta tu vuelta á tu país! Sería preciso estar  loco.
     — ¿Por qué, señor? ¿Es justo vuestro proceder? ¿Con qué derecho se me hace esclava cuando nací libre? ¿Por qué se me trae aquí, si mi voluntad no es esa?
     — Yo no debo discutir contigo esa cuestion: sólo puedo decirte que eres hermosa como una hurí y que serás mía.
     — Primero moriré.
     — ¡Como! ¿Rehusarias ser mi esposa?
     — Prefiero no serlo.
     — ¿Por qué?
     — Porque no puede ser. Si consentis que permanezca en Joló, os aborreceré. Yo no doy mi corazón al que no amo.
     — ¿ Y si no fueras mi cautiva, me amarías?
     — Tampoco, por que amo á otro.
     — ¡ Tienes marido! Exclamó el Sultan con un acento de ira que infundía miedo.
     — Tengo un prometido que será mi esposo.
     — No lo será, mientras yo viva.
     — Pues no he de tener otro.
     — Sí, me  tendrás á mí.
     El Sultan se aproximó á Lólen en ademan de abrazarla. Lólen dio un paso atrás, y tomando un puñal que había sobre un velador, dijo con enérgica resolución:
     — Si os acercáis, con este puñal heriré  vuestro pecho ó atravesaré mi corazón.
     El Sultan quedó inmóvil.
     La actitud resuelta de la joven le contuvo.
    Presumiendo que los medios cariñosos y los halagos darían mejor resultado que la violencia, dijo:
    — Eres una loca: deja el puñal y hablemos.
    —Hablad lo que gustéis, contestó sin soltarlo.
    —Conozco  que te empizo á amar. Es necesario que seas juiciosa y te fijes en que si me irritas obtendré por fuerza lo que no me otorgues de grado. Aquí no hay más voluntad que la mía.  Yo anhelo tu amor y lo obtendré. Contra mi costumbre desisto de apelar á medios violentos. Estás ahora de mal humor, porque te han arrebatado de tu país; quiero dejarte tiempo bastante para reflexionar con calma. En la casa in mediata tienes habitación  y mujeres que te sirvan. Mañana iré á verte.

Don José Montero Y Vidal
Cuentos Filipinos
1876


English Translation


Joló era la antigua residencia de los sultanes.
En 1876 fue tomado por las tropas espanolas
 
 
Vocabulario


carencias de poder – no power
hurí – houri, a beautiful young woman
rehusar – to refuse
aborrecer – to hate, abhor, loathe
infundía miedo – it filled them with fear
herir – to wound
atravesar – to pierce, go through
halagos – praise, flattery
soltar – to release
arrebatar – to snatch, seize
otogar – to award, grant










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