Friday, March 21, 2014

Nelia (1912)

A primera vista la isla de Culion parece ser uno de los lugares más solitarios de las Filipinas. La isla es parte de un pequeño grupo de islas denominadas “Las Islas Calamianes” . Este archipiélago ubicado al norte de Palawan tiene una gran diversidad que lo hace único, con ecosistemas naturales, una fauna rica, playas con arenas blancas y aguas cristalinas.

Culion : entonces y ahora

Pero a pesar de su belleza intacta, Culion no es un destino popular entre los turistas locales, y el lugar sigue luchando todavía para dejar atrás su estigma de "la mayor leprosería del mundo".

En 1906, para evitar la propagación de Lepra, el gobierno colonial norteamericano aprobó el plan de segregar todos los leprosos de las Islas Filipinas en una Colonia Leprosa, similar a la de Molokai en Hawaii. Los enfermos de Lepra fueron detenidos y desterrados a Culion para que pasaran allí el resto de sus vidas.



Culion era considerada un sanitario, bajo la administración del Bureau de Sanidad, y la isla quedó dividida en dos zonas, de «leprosos» y «sanos», separadas por puestos de control. Se pusieron en marcha medidas sanitarias como la desinfección de las cartas,  y el uso de la moneda especial para evitar la mezcla con la de circulación en el resto de Filipinas. El resultado fue el aislamiento total de los leprosos.

El aislamiento total de Culion.


Culión fue declarada libre de lepra en 1988, pero algunos de los leprosos más ancianos no fueron reclamados por sus familias y se les permitió quedarse en la isla. El estigma es tal  que muchos habitantes de Culion quieren ocultar su procedencia cuando visitan otras provincias para eludir la discriminación social.


Esta obra cuenta la historia trágica de dos amantes separados por las autoridades de salud. El escritor cebuano Buenaventura Rodriguez es el ganador del Premio Zobel en  1924 por su novela « La Pugna» . Fue elegido gobernador de  Cebú en 1937. Su obra de teatro «La Adjusta Leja de la Vaguada» fue llevada al cine en 1940.

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El panorama de Culion. Foto cortesía de Flickr, usuario Joey Rico.

     
     ¡Pobre niña… Esta noche, sus ojos humedecidos por las lágrimas, al buscar la vivienda miserable del amado, tuvieron fulgores agónicos de una vela que se apaga…
     Juaning ya la esperaba.
     Por fin llegó y …
     — ¡Nelia!...
     — ¡Juaning!...
     Y los dos se juntaron en un  a brazo doloroso…
     El hubiera sido guapo; pero ¡ay! la enfermedad maldita le desfiguró la cara. Aquel rostro estaba rojo por la lepra…
    Hablaron mucho rato; hablaron de la partida de él al día siguiente, en que á bordo de un barco iba á ser llevado á Culion.
    Ella lloraba con el dolor de desesperación, con el llanto que brota de las almas que se separan para siempre… ¡para siempre!
    — Marcharé tranquilo hacia el vapor mañana — dijo él con una sonrisa que enfloró sus labios tristes — en la confianza de que, al dolor de no verte más no se mezclará el dolor de los celos. Los cadáveres no saben de esa pasión. Mañana cuando lejos…
    — Sí, tírate al mar — contestó ella — pero no tires para morir, como quizás habrás pensado. Tírate para ganar á nado la playa.
    La idea fue luminosa y él la acogió  con entusiasmo…
    Si, se tiraría al mar; pero no para morir, como antes pensó, si no para volver nadando á la playa… ¿Porqué no?... El nadaba bien… Ella le esperaría allí, y una vez juntos huirían lejos, se refugiarían en lo sombrío del bosque, y allí estarían, apartados de la sociedad y de aquellos hombres que le despreciaban …

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     Era la hora del embarque de los leprosos: la hora fatal y solemne de las despedidas en que cada beso es un pedazo de corazón que se desprende del pecho, y cada pedazo de ese corazón guarda el más terrible de los dramas; el drama que se desarrolla en el ama…
    ¡ Que triste es el vivir del leproso! ¿Quién no se ha estremecido de compasión al oír la relación del aislamiento en que se ve un leproso? La lepra tiene la más dolorosa de las maldiciones; la maldición del contagio; de ese contagio que forma alrededor del enfermo un vacío, sólo comparable con el vacío que rodea á un cadáver en una tumba olvidada…
    El hombre se aleja del criminal porque su amistad le avergüenza; se aleja del muerto por miedo; pero sólo por asco se aleja del leproso.
    Y la multitud pestilente, seguía presenciando el desfile de los leprosos que se embarcaban…
    Juaning, estaba entre los infelices que iban á ser desterrados para siempre. Entro tranquilo en le vapor; entró con esa tranquilidad que precede á los grandes cataclismos…
    El vapor, por fin, lanzó al aire el ruido ensordecedor de su silbato, y al trepidar de la máquina, empezó a moverse…
     Hubiérase dicho un monstruo que se despertaba de un sueño pesado.


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    En brazos de la noche, la mar se revolvía nerviosa… Las olas, persiguiéndose, rebrincaban con fantásticos cabrioleos de una danza macabra…
    Y en el cielo como una invasión de espectros, las nubes se estiraban vertiginosamente…
    Nelia vagaba por la playa esperando ver llegar nadando al amado.
    Estaba hermosa Nelia. Como si fuera á asistir á la hora solemne de sus nupcias, se había ataviado extraordinariamente.
    Las olas seguían mascullando la rapsodia fúnebre de sus murmurios, acariciando mansamente las arenas de la playa.
    Nelia sondeó la oscuridad con la vista; trató de columbrar el objeto deseado en el fendo misterioso de la inmensidad de los mares.. pero nada vio.
    Y aquella virgen dulce que parecía haber nacido para heroína de un en sueño, tuvo agonías de desengaño, sintió que le dolía el alas y dos lágrimas quemantes, amargas rodaron por la seda de sus mejillas…
    Se siento triste, cansada, en la arena y con la mejilla apoyada en sus manitas comenzó á llorar por la ausencia de su amado que el destino le había arrebatado.
    De pronto, vio que el oleaje jugueteaba con un bulto; vio que el bulto se acercaba á la playa y un grito de alegría se escapó inquieto de su pecho; un grito que fue resonando en lo infinito de las aguas que seguían llegando agonizantes.
    Nelia reconoció á Juaning… Sí, el amado llegaba trasportado por las olas que rodantes y espumosas , se acercaban estallando en sudarios de espuma en las arenas de la playa…
    Nelia, toda gozosa, corrió a la orilla para esperar al ser querido.
    La oscuridad se hizo densa. la noche se hizo negra, terriblemente negra en aquel instante.
    Detrás de Nelia, el caserío de los leprosos seguía inmóvil, con algo de apoclíptico en su inmovilidad. Seguía, seguía abandonado como un sepulcro vació…
    Envuelto en las ondas negras llegó pesadamente el cuerpo de Juaning que Nelia su apresuró á estrechar entre sus brazos y cubrir de besos…
    —¡Juaning!... ¡Habla!... ¡Estoy aquí!...
    Silencio; las palabras de Nelia vagaban dolorosas en la oquedad del espacio…
    —¡Qué fríos están tus labios querido mío! — siguió diciendo la joven. —¿Te has cansado? ¿Qué tienes?... ¡Juaning!... ¡Oh!...
    Lanzó un grito horroroso; y entre al rezo misterioso del murmullo polifónico, que del fondo del oleaje dijérase que surgió en aquel instante como miserere agónico, el cuerpo de Nelia, cayó pesadamente al suelo.
    Acababa de darse cuenta de que aquel cuerpo que ella acariciaba, era el de un cadáver… Las  olas habían sin piedad aquel ser por ella tan idolatrado.

   
Buenaventura Rodriguez
Renacimiento Filipino, Manila
14 de septiembre de 1912

English Translation

Moneda de Culion.




Wednesday, February 12, 2014

Siete días en el Infierno: en manos de la Gestapo Nipona (1950)

El mes pasado, Hiroo Onoda, un teniente japonés que luchó en la Segunda Guerra Mundial y no se rindió hasta 1974, falleció en Tokio a la edad de 91 años. Estuvo más de treinta años en la selva filipina y luchó una guerra imaginada. Hasta treinta civiles, la mayoría campesinos, fueron asesinados.  El ex presidente Marcos lo perdonó, pero un sentimiento de enojo permaneció en la isla de Lubang, donde Onoda combatió como guerrillero.

Onoda le entregó a presidente Marcos su espada samurái.


Muchos asiáticos, especialmente los chinos y los coreanos, todavía guardan un profundo rencor hacia los japoneses por las atrocidades y crueldades cometidas durante su dominio.  

Hay que señalar que los miembros de la oligarquía filipina recibieron el mismo mal trato que los demás ciudadanos filipinos. Sin embargo, había colaboradores de las fuerzas enemigas como José P. Laurel, Manuel Roxas, e incluso el cónsul español en Manila, José Castaño. 


Don Benigno del Río
y Don Jacobo Zobel.

Cuando las autoridades niponas le pidieron nombres, el cónsul Castaño, miembro de la Falange Exterior, hizo una lista de “españoles comunistas”,  la cual incluyó tales escritores hispano-filipinos Rafael Antón y Benigno del Río. Al parecer, ellos escribieron algunos artículos en los periódicos locales contra la dictadura española de Francisco Franco.

En su libro Siete Días en el Infierno, publicado en 1950,  Del Río denunció la crueldad con la cual filipinos cautivos son torturado bajo la custodia de la Kempeitai, la temible policía imperial.  Y a los filipinos les pidió que no debieran  olvidar las victimas de la guerra:

“No os olvidéis de los que cayeron durante la noche”, como diría Rizal. No olvidarlos, como tampoco debemos perder el recuerdo de millones más de víctimas asesinadas en el mundo entero por el enemigo de la humanidad, el fascismo.


Benigno del Río es hijo de ricos hacendados españoles en Filipinas. En 1936 ganó el Premio Zobel con su comedia El hijo de Madame Butterfly.



Un monumento dedicado a todas las víctimas de la guerra

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     Repito que estuve siete días en la  región de Satanás, siete horrorosos días de suplicio moral y material. Las torturas que recibí no destrozaron tan sólo mi cuerpo, sino también mi alma. ¡Jamás sospechar que el hombre fuera tan malo para con el hombre! Ahora comprendía con claridad al formidable Santo de Asís. ¡San Francisco no se atrevió a llamar hermano al hombre, y sí más bien al lobo! Pero… reflexionemos un poco: ¿es que son hombres los nipones? ¡No, sigo creyendo que no! Son alevosas fieras. Y con lo que un mes después hicieron con Manila, destruyéndola y asesinando vilmente a sus habitantes, acabé por convencerme de que es imposible que esos energúmenos sean hermanos nuestros, descendientes de Adán y Eva, y tengan alma.

    Tampoco eran seres humanos los que me denunciaron. ¡No! Fascistas hispanos y nipones en sádica coyunda eran eso: bestias sin alma, engendros malditos…

     Cinco minutos más tarde llegaba a casa de mi novia, quien yo sabía que aquella tarde iba yo a salir libre. Después de beber con fruición sendos vasos de agua, y charlar un poco, tomé un triciclo y llegué a casa. ¡Qué alegría para mis viejecitos padres y para mi también al verlos tan contentos! Fue aquél el momento más feliz y emocionante de toda mi vida. Ya me esperaban, con el corazón alborozado, pues de antemano sabían que aquella tarde misma saldría de las garras niponas.

    Me bañe concienzudamente, pues hacia ocho días que mi cuerpo no gustaba más agua que el terrible water cure, y la poca, sucia y asquerosa que bebía.  Después conté a mis mayores los días de infierno que pasé; lo hice mientras cenaba. Mejor  dicho, apenas cené, pues me era casi imposible probar bocado; la emoción y la atonía intestinal me lo impidieron. Tomé  una buena purga, y cuando creí  al acostarme que pasaría una buena noche, me equivoqué de medio a medio; ¡No pude dormir, pues me parecía demasiado blanda mi caza¡ Durante siete largas noches había maldescansado mi osamente en el duro pavimento, y tenía herido, lacerado todo el cuerpo.  y tampoco me era dable conciliar el sueño, pues en cuanto caía en brazos de Morfeo despertaba intranquilo y sobre saltado, pareciéndome oír muy dentro de mí mismo, como un eco espectral y espeluznante, los gritos de mi paisa, unidos en horroroso concierto a los de las mujeres y hombres que había tendio por compañeros de celda en el “Minami Kempei Butai”:

I won’t talk…! I won’t talk!
— Aray, nanay ko! Nakúuu…Patawarin po ninyo ako…!
— Soy inocente, Virgen Santísima…!

    El día 5 de enero volví a Cortabiarte con el pantalón que me habían prestado cuando salí. Llevaba, además, un ejemplar del Sabatino de la Vanguardia. Me recibió, muy amable, el Teniente Nakano y su inseparable intérprete Nakashima. Les devoví el pantalón y les di las gracias.

— No era necesario, Mr. del Río.
— Se lo prometí al Teniente — repuse yo —. Además, prometí también traer una prueba palpable de que no soy comunista. Ahí va un cuento que escribí finalizando el año 1940 y que se publicó en La Vanguardia el 11 de enero de 1941 titulado “Un ladrón con ideas”.

    Lo tomó el Teniente Nakano y se lo entregó a un Capitán de marina que había a su lado, y que tenía una cara que le hacía la competencia al famoso gorila cinematográfico King Kong. Yo me senté mientras el marino nipón leía mi cuento. Tardó media horita en hacerlo; habló después con el Teniente Nakano, y ambos pusiéronse a mirarme y a reír. Se levantó el capitán King Kong, sonriente, y me manifestó en castizo español:

— Me ha gustado mucho su cuento. Hacía algunos años que no leía en castellano. Desde que dejé Chile en 1938, no he tenido apenas oportunidad de conversar o leer en el elegante de idioma de Cervantes.
— Gracias, Capitán…
— Nishi Tekuchi, de la Marina de Su Majestad Imperial. Sí, señor del Río. Me acaba de decir el Teniente Nakano que el señor Cónsul de España insistió mucho en acusarle de ser el jefe de los comunistas españoles. Las razones que Ud. dio en la investigación fueron bastante convincentes, y este cuento, fuera de toda duda racional, pruebas sus ideas. Realmente, era bastante extraño que el hijo de un hombre rico fuera comunista. Me dice el Teniente Nakano que olvide Ud. Lo que aquí ha visto, y las investigaciones de que ha sido objeto. Ud.  ha de comprender que estamos en guerra, y que la guerra siempre ha sido la guerra, es decir, sumamente cruel, bárbara.
— Bien. Su cuento quedará en los archivos de la Policía Militar para que sirva de futura referencia, y será añadido a su fichero.

    Unos minutos después dejaba a mis espaldas la “Estación del Sur de la Policía Militar”. Pasé enfermo cerca de un mes. Perdí 20 libras en mi prisión. ¡Diecisiete días sin mover el vientre! Tuve que tomar muchas purgas y medicinas. Principios de pelagra y avitaminosis. Piojos en el pelo. Cuatro meses con ring worm. Ocho con colores en una costilla que me rompieron a patadas. Y marcas indelebles en mi cuerpo, que no han de borrarse mientras viva, y en el alma también. Quince días sin dormir, pues cada vez que lo hacía, despertaba ante la pesadilla horrorosa de que me hallaba en la celda N.o 2 de la Villa Araneta, el siniestro y tenebroso “Manimi Kempei Butai”.

Benigno del Río
Manila, 1945

Friday, January 10, 2014

Palabras Y Frases Mal Empleadas en Filipinas (1937)

«Cuando hable al castellano, evite las palabras y frases incorrectamente usadas en Filipinas, como son los filipinismos y sajonismos, y otras formas viciosas que afean su estilo. El libro le servirá de guía correctísimo para evitar estos errores.» proclamaba un anuncio de 1938 en el periódico local La Vanguardia.

Tuve la suerte de leer este libro raro Prontuario de Palabras Y Frases Mal Empleadas en Filipinas. El autor, Manuel de los Reyes, escribió artículos en periódicos principalmente sobre el buen uso del idioma español en Filipinas.  En 1938 se le otorgó el Premio Zóbel por su obra. El escribió: Es innegable que hay un verdadero torrente desbordado de palabras y frases incorrectas que nos ahoga cada día más. Al paso a que vamos, no estará lejano el día en que no podremos entendernos, pues lo que se hable aquí no será castellano, ni inglés, ni tagalo, ni nada que a estos idiomas se parezca, sino un nuevo idioma sin reglas de ningún género, y con respecto al cual cada uno se creerá con derecho a inventar y a añadir todo lo que se le antoje conveniente.



Eso quiero decir que es mejor escribir o hablar en un español más cercano al estándar. Se tiene que evitar expresiones coloquiales y modismos locales porque suenan raros a los oídos españoles.


— ¿Dónde está su hermano?
— Ha bajado. 1
— Deseo saber si o no2 él va a comprar calzados. 3
— Basta4 me dijo que él fue allá con5 Emilio.
— Tiene muchos reclamos6 contra Emilio, ¿y esta allá?
— Yo no sé con él.7
— Él cuidado.8

Equivocaciones.  Seguro. Los desajustes de género y número suenan cómicos en cualquier idioma, sea el español o el inglés. Sin embargo, algunas de estas palabras y frases son consideradas específicas de Filipinas.  Esto es lo que marca la diferencia de nuestro español con el de otros. Un hispanohablante no tiene que preguntarnos si somos filipinos. Lo sabe.

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1. Bajar de casa — Esta frase, en el sentido de “salir de casa”, quizás sea desconocida para muchos españoles; pero raro será el filipino que no la use, o por lo menos que no la haya oído con frecuencia. Muchas veces preguntamos por una persona y nos dicen: “ha bajado”; y cualquiera se figura que ha ido al entresuelo, o a la meseta de la escalera, o al zaguán de la casa, o al jardín, o a cualquier otro lugar situado en el piso bajo, y resulta que lo que quieren decir es que “está fuera de casa”.  Pues, señor, lo más claro es decir “ha salido” y no “ha bajado” no significa “salir”. Pero, ¡vayan Uds. a oponerse a la corriente, y les dirán que el pueblo hace las leyes, y que Vox populi Vox Dei!

2. Sí o no — Se ha extendido por aquí la costumbre de traducir literalmente del inglés la expresión inglesa whether or not (sí o no), y así es muy frecuente oír frases como las que siguen: “deseo saber sí o no Ud. va a comprar esta casa”; “no se han tomado la molestia de averiguar sí o no existe algún otro remedio”; “lo esencial es determinar sí o no tienen derecho a lo que piden”.

3. Calzados — Es una de las palabras que muchos usan sin saber lo que significan; saben que “calzado” es algo que tiene que ver con el pie, y creen que es sinónimo de “zapatos”; y así hay quien dice: “he comprado unos calzados”; voy a comprar calzados”; y hasta se ven anuncios en las tiendas, que dicen: “aquí se venden calzados” y no se venden más que zapatos.

Anuncio en la revista Renacimiento Filipino (1913)

“Calzado” es “todo género de zapato, alpargata, sandalia, etc., que sirve para cubrir y reguardar el pie,” y también “lo que sirve para cubrir o adornar el pie y la pierna,” y en este sentido las medias y las ligas pueden considerarse también como calzado; pero esta palabra no se usa generalmente en plural, sino en singular, y así se dice: “el calzado que llevas es de buena calidad”.


Otros van por otro lado también vicioso, y dicen: “he comprado un zapato blanco”; “ese zapato que llevas es muy bonito”. Pero, ¿qué? ¿Se trata de personas que no tienen más que un solo pie?  Entonces no tenemos nada que decir; pero, si son personas que tienen dos pies, ¿por qué se ha de decir “un zapato”?

4. Basta —Esta palabra se emplea en Manila de un modo muy peculiar en las siguientes frases: “yo no le vi; basta me dijo Luis que él había venido”; “yo no sé nada de eso; basta me dijeron que era así”. Parece que lo que se quiere expresar con estas frases es lo siguiente: yo no le vi solamente supe por Luis que él había venido”. “Yo no sé nada de eso; solamente me dijeron que era así”

5. Allá con— Esta es una de las cosas cuyo origen no se puede encontrar ni en la razón ni en las reglas. Muchos dicen “Allá con nosotros hay muchas flores”; “fuimos allá con Emilio”; “estábamos allá con Enrique”; al oír esto, cualquiera se figuraría que lo que quieren decir es que “fuimos a un sitio en compañía de Emilio”, o que “estábamos en otro sitio juntamente con Enrique”; pero no es eso lo que quieren decir; lo que desean expresar es otra cosa muy distinta. Para ellos, las palabras “allá con” significan “en la casa de” o “a la casa de”. De modo que en estos ejemplos lo que deberían decir, para expresar su idea, es esto: “en nuestra casa hay muchas flores”; “fuimos a la casa de Emilio”; “estábamos en casa de Enrique”.

6. Reclamo — este nombre lo usan mucos como sinónimo de “reclamación o queja”, y así dicen: “Pedro vino con muchos reclamos”, queriendo decir “con muchas reclamaciones” o con “con muchas quejas”. “Reclamo” significa una cosa muy distinta; significa, entre otras cosas, una voz o grito con que se llama a uno, o una cosa que atrae o convida, o una cosa que se exhibe para llamar la atención de la gente.


May reklamo ka? Itawag ...
Si tiene reclamos (quejas), llame...


7. Con él — “Yo no sé con él” es un compinche del “Ud. cuidado”.  Dicha frase en la jerga vulgar de Filipinas, significa “No sé lo que él piensa”, “no sé dónde lo ha puesto”, “no sé por qué lo ha hecho”, “el sabrá lo que se hace”, etc.

 8. Cuidado — “Usted cuidado”, “tú cuidado”, son frases ya consagradas por el lapso de los años. Con estas expresiones se quiere decir un mundo de cosas; unas veces se quiere decir “encárguese Ud. de esto” “cuide Ud. de esto”, “atienda Ud. a esto”; otras veces se quiere dar a entender “aténgase Ud. a las consecuencias”, “sufra Ud. las consecuencias”, “haga Ud. lo que quiera”. Si hay, pues, tantas formas para expresar correctamente estas ideas, ¿por qué hacer uso de otra que, aunque breve, y extendida, y empleada por largos años, dista mucho de ser correcta? Contestación única, irrebatible contundente: “porque todo el mundo lo dice, y no hemos de ir en contra de todo el mundo”.

9. Camisa-dentro — Es otra de las palabras de nuestros tiempos. pero, señor, ¿por qué no se ha de decir simplemente “camisa”? Dicen que se para distinguirla de las otras clases de camisa. Pero, si ya cada clase tiene su nombre determinado, ¿para que inventar un nuevo vocablo? ¿No decimos “camisa de chino”, “camisa de dormir”, “barong tagalog” ( o sea camisa tagala”), “camisa de mujer” etc.  etc? ¿Para qué, pues, la palabra “camisa dentro”? Dejemos la palabra “camisa” para significar lo que llaman “camisa-dentro”, que ya las demás clases de camisa tienen su denominación especial.

Pero lo más bonito es uno de los argumentos que se alegan: dicen que hasta los lavanderos, y especialmente los lavanderos chinos, no entienden si no les dice “camisa dentro”, y que no hay otro remedio que emplear esa palabra. ¿Qué las parece a Uds.? Los lavanderos chinos son los que han de imponer las reglas para hablar en castellano…¡¡¡Brutal!!!

Manuel de los Reyes
1937


Sunday, December 8, 2013

El Campeón (1939)

Mientras estaba siendo escoltado para su ejecución en Bagumbayan, José Rizal volvió su cabeza,  y mirando a las torres de la iglesia de Ateneo, preguntó: ¿Es aquello el Ateneo?
— Sí,  le dijeron los padres jesuitas.
— Pues siete años pasé yo allí, respondió él. Todo lo que me han enseñado los jesuitas  ha sido bueno y santo. 1

Iglesia de San Ignacio y Ateneo Municipal en Intramuros.


El héroe nacional estudió en el Ateneo de Manila, el cual fue fundado por los jesuitas españoles en 1859, cuando se hicieron cargo de la Escuela Municipal de Manila en Intramuros. Aparte de Rizal, la escuela había producido otros escritores filipinos en español como Wilfredo Ma. Guerrero, Emetrio Barcelon, Sr. y Claro M. Recto. De algún modo se metió un día en mi cabeza la idea de que hay muchos libros en español allá.
— ¿Esto es todo?, le dije sorprendido a la vendedora
— Es lo que veo,  contestó ella con voz inocente y se dio cuenta que  yo estaba decepcionado. 

Encontré sólo un libro en español que estaba disponible para la venta:“El Campeón” por Antonio Abad.

Mi foto del Ateneo Press, ubicado en la Avenida Katipunan, Ciudad Quezón.



La obra a pesar de haber recibido el Premio de Literatura de la Mancomunidad Filipina en 1940, había permanecido inédita hasta hace unos seis meses. Por último, el libro fue publicado por la prensa universitaria del Ateneo, y es el tercer título de “La Biblioteca Clásicos Hispanofilipinos”, la cual es un proyecto del Instituto Cervantes Manila.


La obra constituye un reflejo de la sociedad filipina, y es sobre la vida de un gallo de pelea campeón llamado Banogón. Curiosamente, hay tres manuscritos de la misma novela tal como fue modificada en 1939, 1940, y 1962, pero su origen se remonta a 1925 con la publicación  del anterior cuento corto de Antionio Abad El Dolor Del Viejo Campeón.


Si desea adquirir una copia del libro, puede pulsar aquí para acceder al enlace del Ateneo Press. El precio del libro es de 500 pesos.


1. Vida Y Escritos del Dr. José Rizal. W. E. Retana. 1907
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    De pronto, cuando ya le creía suficientemente enardecido, Laktón voló sobre su enemigo. Había llegado el momento escogido por él para asestarle el golpe definitivo, mortal, que le tendería sin vida en el suelo. Pero Banogón permaneció clavado en el suelo mientras su adversario azotaba inútilmente el viento. Banogón había conocido el fuerte de Laktón, y no se vendió. Y antes de que lograse ponerse en guardia, cayó sobre él apenas tocó la tierra con sus patas. Estalló en las graderías un grito formidable, escapado de mil gargantas. Las primeras gotas de sangre habían enrojecido la arena. Inggoy, sin darse cuenta, había roto con la mano, hiriéndose, una caña de la empalizada. La fiera cuchilla de Banogón había penetrado en la carne de Laktón. ¿Dónde? Nadie podía decirlo.

     Los dos gladiadores habían vuelto a estar frente a frente. Los ojos de Banogón brillaban como dos brasas. Él también había visto la sangre caer como gotas de lacre rojo. Su tarea se reducía ahora a esperar otro ataque de su rival para asestarle otro golpe igual. Laktón empezó a sentir un dolor agudo. “Estoy herido”, se dijo. Y su corazón, bravo y corajinoso, sintió la necesidad de devolverle golpe por golpe. Si Banogón se negaba a seguirle en el aire, su muerte estaba decretada. Desde arriba llovería sobre sus espaldas una andanada de cuchilladas. ¡ A volar ahora!

     Pero al abrir las alas, la derecha se negó  a obedecerle. ¡El cuchillo de Banogón se la había destrozado! Con la fuerza del fracasado salto inicial, Laktón dio una media vuelta. Tuvo que hacer un violento esfuerzo para no caer en tierra y, enseguida, hacer frente a su adversario que, sorprendido con aquel, para él, inexplicable movimiento, se había abstenido de lanzarse al ataque.

     La bóveda de nipa retumbó con el estallido de un segundo grito. La canalla vio que el ala derecha de Laktón colgaba inerte. Banogón comprendió que su victoria estaba próxima, pero no pensó en apresurar su llegada. Él sabía que, baldado como estaba, Laktón podía aún oponer una magnífica defensa ya acaso, asestarle un golpe peligroso si él se acercaba demasiado sin tomar precauciones. A su vez, él se lanzó al aire, y Laktón, incapaz ahora de seguirle, casi se tendió en el suelo con las patas encogidas y las alas abiertas. Así era inatacable y en posición de agredir a quien se atreviese a hostilizarle desdel aire.

     Banogón volvió al ataque, y al encontrar a Laktón en la misma posición, sin darle tiempo a ponerse en guardia, lanzó sobre él, apenas puso la pata en el suelo, una andanada de golpes, hiriéndole bárbaramente espaldas y costillares. Fuera de sí, en el frenesí de su furia homicida, Banogón sintió de pronto que una mano vigorosa le había alzado en vilo por las cobijas y, a continuación, otras manos, más blandas y hospitalarias, lo habían cogido y depositado enseguida a un lado del ruedo, mientras una tempestad de gritos hendía e aíre ensordeciéndole. ¡Había triunfado! su adversario yacía allí, a pocos metros de él, sin vida, sobre un charco de sangre.

Antonio M. Abad
El Campeón
1939



Friday, November 15, 2013

Gota de Lágrima (1966)

Cuán desolada se ve la ciudad de Tacloban en la isla de Leyte, tras el paso del super tifón Yolanda. Nosotros filipinos estamos tristes y atemorizados de ver tan dañadas las casas… los edificios… todo.  Tantos muertos y tanta destrucción.

En estos momentos tan difíciles, apreciamos sinceramente la ayuda prestada  a nuestro país por la comunidad mundial.  A todos ustedes les agradecemos enormemente su simpatía y solidaridad.

Sobreviviente del tífon.

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Gota de Lágrima (fragmento)

            Yo soy la gota de agua dulce y pura
que a los nubes el rayo arrebató;
y la ventisca que envidió mi albura,
al proceloso piélago me echó,
para amargar mi prístina dulzura,
para enturbiar mi transparente yo.

            Yo soy agua de unidad amarga,
sin el prestigio original de antaño;
vientos que el orco sobre mí descarga
trenzan mis olas para hacer más daño,
y así palpito en asechanza larga,
como un monstruo que duerme por engaño.

             Soy una vela de impoluta cera,
para Dios encendida en el altar;
¿quién pudiera, Dios mío, quién pudiera
mi destino futuro adivinar?
Puede venir el viento por mi vera,
y con un soplo me podrá apagar.

            Si como gota de agua me he perdido
en el inmenso piélago insidioso,
como grano de trigo me he podrido
en la aridez de un pedregal sinuoso,
Dios mío, como luz en el olvido,
¿a dónde iría sin tu amor glorioso?...


Vicente de Jesús
Discursos de Malolos y Poesías Filipinas (1966)

Thursday, October 24, 2013

Chabacano de Ermita - Quilaya Bos (1917)


Al oír la palabra «chabacano» los filipinos piensan en Zamboanga o en Cavite, pero nadie piensa en Ermita. Un hecho bastante curioso es que se hablaba el chabacano allí hasta el mitad del siglo XX.

Antes de la urbanización y el progreso económico durante el siglo pasado, Ermita era un pueblo pequeño y tranquilo. Según del Diccionario Geográfico de las Islas Filipinas (1851): «El pueblo de la Ermita nada ofrece notable, porque después de haberse despejado por esta parte la plaza en 1762 no se ha permitido edificar nada elevado ni sólido: su iglesia no es mas que una capilla situada en la Calle Real.» 1

La Iglesia Vieja de Ermita fue destruida
durante la Segunda Guerra Mundial.
(Una foto de 1880)


Este barrio de nipa fue fundado en el siglo XVI. En aquel entonces se le conocía “La Ermita”, porque en este lugar se erigió el primer santuario cristiano, en el que se adoró la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Guía. 2

Ermita se distinguía de los otros barrios de Manila por su idioma. Allí se hablaba un español criollo, que unos llaman «chabacano de ermita», y otros «ermitaño» o «ermitense». Es difícil conocer el origen exacto de este criollo, pero podría ser el resultado del contacto lingüístico. En 1655 doscientas familias de la isla de Ternate (Molucas) se asentaron en el Campo de Bagong-Bayan 3, entre Intramuros y Ermita. Ya era bien sabido que en la isla de Ternate se utilizaba un pidgin portugués-malayo. Según algunas descripciones del siglo XVII, estas familias hablaban un «español corrupto». Un filólogo especialista en las lenguas criollas, Keith Winnom, hizo la teoría que este idioma ternateño es el origen del chabacano.4


En el fondo, el Campo de Bagong-Bayan (La Luneta) y el pueblo de Ermita,
vistas desde Intramuros (circa 1900)


Con el paso del tiempo, el lugar fue cambiando de un tranquilo pueblo pesquero a un distrito muy urbanizado. La playa desapareció debido a la construcción de un nuevo camino (bulevar de Dewey). Hasta los nombres de las calles han cambiado, por ejemplo, la Calle Real es ahora MH del Pilar Street, la Calle Nueva es actualmente A. Mabini Street, etc….

Calle de la Gallera = Arquiza Street
Calle Herran = Pedro Gil Street
Calle de la Marina = Guerrero Street
Calle Nozaleda = General Luna
Calle del Observatorio =  Padre Faura Street
Calle San José = Alhambra Street
Calle San Luis = TM Kalaw Street

Calle San Luis (1900)


Mi foto de la Calle San Luis (ahora TM Kalaw Street)
Foto tomada en Agosto de 2012.


Desgraciadamente, no se conserva el idioma de los ermitaños. Después de la segunda guerra mundial, el pueblo fue totalmente destruido. El ermitense desapareció junto con los que lo hablaban antes de que pudiera ser objeto de un estudio serio de parte de los académicos. Solamente quedan unos pocos escritos, especialmente el cuento y los tres poemas de Jesús Balmori. El siguiente es un video que yo hice sobre el poema ermitense «Quilaya Bos».

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QUILAYA BOS
Si de jablá yo bueno quilaya el bos pigura
No de encontrá yo plores para bisá ele cómo;
Bos como un talde blanco, ta lleno de dulsura;
Bos como el plores de oro que ta na sinamomo

SI bos ta caminá ta sintí yo que todo
Ta llená de perfume, resplandor y colores
Como si de pasá un procesión na lodo
Y el lodo ta queda de repente hecho plores

Na todo el nisós pueblo no de encontrá más una
Mujer cual bos, tan bella, tan blanca como el luna
Cuando ta aparesé na pondo del bahía

Bos único el hermosa, bos único el grasiosa,
Ni más ni menos como el ángeles de rosa
Que ta na pies del Nuestro Señora de la Guia. . . . .


Jesús Balmori
Revista Filipina
1917

Referencias:

1.Diccionario Geográfico- Estadístico- Histórico de las islas Filipinas
Madrid, 1851 .Manuel Buzeta
2. Las Islas Filipinas en 1882: estudios históricos, geográficos, estadísticos .
Francisco Javier de Moya y Jiménez
3. El Campo de Bagong-Bayan es ahora La Luneta o «Rizal Park»
4. Spanish Contact Vernaculars in the Philippine Islands.  Keith Whinnom. 1956.
5. La Lengua Española de Filipinas. 2008. Antonio Quilis.